La radiofrecuencia es una forma de corriente alterna cuya frecuencia supera los 500 kilohertz (500mil oscilaciones por segundo).  Esta energía tiene la propiedad de producir efectos biológicos sobre los tejidos, entre ellos el efecto térmico. Este efecto térmico controlado produce una contracción inmediata del colágeno de los tejidos y genera una remodelación y renovación del mísmo a un plazo de tiempo medio lo cual produce finalmente el tensado de los septos fibrosos.   También genera vasodilatación local lo cual tiene un efecto directo de mejoría sobre la microcirculación y drenaje de los depósitos grasos al sistema linfático. Por último estimula la apoptosis (desintegración) de las células grasas inducida por calor. Así, la radiofrecuencia corporal estaría indicada en casos de flacidez (con mejoría sobre textura y elasticidad cutánea), celulitis y adiposidad localizada.