La toxina botulínica (Botox®, Xeomin®, Disport®) es un bloqueante de la trasmisión neuromuscular que actúa bloqueando a los receptores de acetilcolina a nivel de la misma, generando un tipo de parálisis muscular denominada parálisis flácida, que permanece hasta que se produzca el recambio de dichos receptores recobrando entonces la actividad muscular. Este proceso dura aproximadamente seis meses, con variaciones personales dependientes de las características de cada paciente, de lo antedicho se desprende que el efecto de la aplicación de la toxina botulínica tipo A es reversible selectivo y tempora,l causando la reducción de la contracción en la musculatura hiperactiva durante un periodo mínimo de 12-13 semanas.
La aplicación de toxina botulínica con fines estéticos tiene como objetivo la atenuación de la actividad muscular que genera arrugas de expresión. La atenuación de la arruga o su desaparición dependerá de la profundidad de la misma. La toxina botulínica no rellena los surcos. Aquellas arrugas que no son producto de la contracción muscular activa no podrán tratarse mediante esta técnica.
Tanto la toxina botulínica y las preparaciones empleadas han sido autorizados para su uso en medicina estética.
La aplicación de cualquier tratamiento puede tener efectos no deseados, también en el caso de uso de toxina botulínica.
Como efectos adversos de la aplicación de toxina botulínica pueden presentarse algunos con mayor frecuencia que otros.
Se enumeran a continuación los efectos adversos más frecuentes:
- Dolor en el sitio de punción
- Enrojecimiento en el sitio de punción.
- Infección local. La infección después de este tipo de tratamiento es muy rara. Sin embargo en caso de presentarse una infección puede ser necesario tratamiento adicional incluyendo antibióticos.
- Cefalea transitoria o cambios en la sensibilidad cutánea. Suele resolver espontáneamente a los pocos días.
- Alergia o hipersensibilidad a la toxina o a algunos de los solventes del producto utilizado. Se han descrito reacciones de eritema generalizado o local, picores de tipo transitorio, que pueden durar unos días. Las reacciones alérgicas pueden requerir tratamiento adicional.
- Asimetría. Pudiendo requerir un retoque.
- Parálisis muscular no deseada, como por ejemplo caída del párpado.
- Actividad compensatoria muscular. La parálisis muscular puede inducir actividad muscular compensatoria en los músculos no tratados generando expresiones no deseadas, en este caso se evaluará la posibilidad de requerir un retoque.
Efectos sistémicos.
- Si bien la difusión de toxina botulínica a nivel sistémico es posible, la presentación de efectos paralizantes a nivel general no tiene repercusión alguna ya que las dosis utilizadas en medicina estética son insuficientes como para presentar dicho efecto.
- Formación de resistencia a la aplicación de toxina botulínica debido a anticuerpos. A nivel de la bibliografía mundial no se han registrados casos de desarrollo de cantidades significativa de anticuerpos capaces de bloquear la actividad de la toxina botulínica aplicada.
Contraindicaciones de la aplicación de toxina botulínica.
En aquellos pacientes que posen enfermedades de la trasmisión neuromuscular o patologías musculares especificas se encuentra contraindicada la utilización de toxina botulínica con fines estéticos, ya que la aplicación de la misma puede empeorar los síntomas propios de la patología de base. Son contraindicaciones absolutas para la aplicación de toxina botulínica con fines estéticos le enfermedad de Eaton Lamberg, Miastenia Gravis, Esclerosis lateral amiotrófica, Esclerosis Múltiple. En caso de padecer alguna de estas patologías debe notificarlas al médico tratante a fin de evitar la presentación de efectos indeseados o empeoramiento de los síntomas.
A sí mismo en caso de presentar síntomas no filiados como debilidad muscular, visión doble, calambres y dolores musculares se recomienda notificar al médico tratante la presencia de los mismos y posponer la aplicación de toxina botulínica hasta que dichos síntomas se encuentren debidamente filiados.
Las enfermedades en curso, el embarazo o la lactancia también son contraindicaciones para la aplicación de toxina botulínica.
Los trastornos hemorrágicos, el consumo de acidoacetilsalicico y sintrom aumentan el riesgo de presentación de hematomas en el sitio de punción, si bien no presentan en sí mismo una contraindicación absoluta para la realización del tratamiento, cada caso será evaluado de forma particular.
Interacciones con otros fármacos.
Hay fármacos que presentan actividad en la unión neuromuscular tales como: aminoglucósidos, ciclosporina, D-penicilamina, relajantes musculares, quinina, sulfato de magnesio, lincosamidas y quinolonas, ya que presentan acción cruzada con la toxina botulínica. Si bien la mayoría estas drogas pueden potenciar los efectos paralizantes de la droga, también es posible que reduzcan el efecto de la toxina botulínica.